Que es mejor mas ram o mejor procesador

Que es mejor mas ram o mejor procesador

Cuando se trata de elegir entre aumentar la memoria RAM o invertir en un procesador más potente, la decisión no es siempre obvia. Ambas componentes juegan un papel fundamental en el rendimiento de un equipo, pero su importancia varía según el tipo de uso que le demos. Aunque la palabra clave sugiere una comparación directa entre estos dos elementos, es importante entender cómo cada uno afecta el funcionamiento del sistema, qué escenarios favorece cada opción y qué se adapta mejor a nuestras necesidades específicas.

¿Qué es mejor, más RAM o mejor procesador?

La elección entre más RAM y un procesador más potente depende en gran medida de cómo vayamos a utilizar el equipo. La RAM es la memoria temporal del sistema que almacena los datos que el procesador necesita para trabajar rápidamente. Cuanta más RAM tenga el equipo, más aplicaciones puede manejar al mismo tiempo sin ralentizarse. Por otro lado, el procesador es el cerebro del sistema y su potencia determina la velocidad con la que se ejecutan las tareas. Un procesador más rápido puede manejar cálculos complejos, renderizaciones, edición de video, y tareas intensivas con mayor eficiencia.

Un dato interesante es que, en la década de 1990, las computadoras personales solían tener solo unos pocos megabytes de RAM y procesadores con velocidades de reloj en el rango de los megahercios. Hoy en día, con el auge de la computación moderna, los equipos domésticos típicos tienen entre 8 y 32 GB de RAM y procesadores que operan a velocidades de varios gigahercios. Esta evolución ha hecho que ambos componentes sean más críticos que nunca, pero no por ello se puede generalizar cuál es mejor en todos los casos.

Por ejemplo, si eres un usuario que navega por internet, revisa documentos y utiliza aplicaciones ligeras, tener más RAM puede ser más beneficioso que un procesador extremadamente rápido. En cambio, si estás editando videos en 4K o jugando a títulos de alta exigencia gráfica, un procesador potente puede ser el factor decisivo. Por lo tanto, la respuesta a la pregunta de qué es mejor depende del contexto de uso.

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Cómo la RAM y el procesador afectan el rendimiento

Tanto la RAM como el procesador son componentes esenciales que afectan el rendimiento de una computadora, pero lo hacen de manera diferente. La RAM actúa como un almacén temporal para las aplicaciones y los datos que el procesador está usando en ese momento. Si la RAM es insuficiente, el sistema puede recurrir al disco duro (o SSD) para almacenar temporalmente datos que no caben en la memoria, lo que ralentiza significativamente la operación.

Por otro lado, el procesador es responsable de ejecutar las instrucciones y realizar los cálculos necesarios para que las aplicaciones funcionen. Un procesador más rápido puede manejar más instrucciones por segundo, lo que mejora la velocidad general del sistema. Esto es especialmente importante en aplicaciones que requieren cálculos complejos, como la edición de video, la renderización 3D o el desarrollo de software.

En términos de rendimiento, aumentar la RAM puede ofrecer mejoras inmediatas en tareas multietapa, como navegar por múltiples pestañas en el navegador o trabajar con hojas de cálculo grandes. Sin embargo, si el procesador es lento, incluso con mucha RAM, el sistema puede seguir siendo lento en tareas intensivas. Por lo tanto, es fundamental evaluar qué componente está limitando el rendimiento actual del equipo.

Escenarios donde cada componente brilla

En ciertos escenarios, una mejora en la RAM puede ser más efectiva que un procesador más potente, y viceversa. Por ejemplo, en aplicaciones como navegadores web, editores de texto, y software de oficina, tener más RAM permite abrir múltiples pestañas, documentos o hojas de cálculo sin ralentizaciones. Esto es especialmente útil si trabajas con grandes bases de datos o archivos de hojas de cálculo con millones de filas.

Por otro lado, en aplicaciones que requieren cálculos intensos, como software de edición de video, renderización 3D o juegos de alta resolución, un procesador más potente puede marcar la diferencia. Estas aplicaciones no solo necesitan memoria suficiente para ejecutarse, sino también un procesador rápido que pueda manejar las tareas complejas sin retrasos.

Además, en sistemas con múltiples núcleos de CPU, como los procesadores de gama alta, se pueden manejar varias tareas simultáneamente con mayor eficiencia. Esto es especialmente útil en entornos de programación, donde se ejecutan compilaciones, pruebas y servidores en paralelo.

Ejemplos de uso donde más RAM o un mejor procesador es clave

Para entender mejor cuándo es más útil aumentar la RAM o invertir en un mejor procesador, veamos algunos ejemplos concretos.

  • Trabajo con múltiples aplicaciones: Si tu rutina incluye navegar por varias pestañas, trabajar con Word y Excel al mismo tiempo, y revisar correos electrónicos, tener más RAM (por ejemplo, 16 GB en lugar de 8 GB) puede ofrecer una mejora notable en la fluidez del sistema.
  • Edición de video: Si editas videos en 4K con software como Adobe Premiere Pro o DaVinci Resolve, un procesador con más núcleos y una velocidad de reloj alta es fundamental. La RAM también es importante, pero en este caso, el procesador tiene un impacto más directo en la velocidad de renderizado.
  • Juegos de alta exigencia: En juegos modernos como Fortnite o Cyberpunk 2077, un procesador potente puede afectar la velocidad de los gráficos y la respuesta del juego. Sin embargo, si la RAM es insuficiente, se pueden presentar lag o cuellos de botella que afectan la experiencia.
  • Desarrollo de software: Los desarrolladores suelen trabajar con múltiples herramientas, como IDEs, servidores locales, bases de datos y navegadores. Aquí, tanto la RAM como el procesador son críticos. Un sistema con 16 GB de RAM y un procesador de 6 núcleos puede manejar estas tareas con mayor eficiencia.
  • Uso básico: Para usuarios que solo navegan por internet, revisan documentos y usan aplicaciones ligeras, tener 8 GB de RAM y un procesador moderado suele ser suficiente.

Conceptos clave para entender el equilibrio entre RAM y procesador

Entender el equilibrio entre RAM y procesador requiere conocer algunos conceptos técnicos fundamentales:

  • RAM (Memoria de Acceso Aleatorio): Es la memoria temporal que el sistema utiliza para ejecutar programas. Cuanta más RAM tenga el equipo, más aplicaciones puede manejar simultáneamente sin ralentizarse.
  • Procesador (CPU): Es el componente que ejecuta las instrucciones y realiza los cálculos. Su velocidad y número de núcleos determinan cuán rápido puede manejar tareas complejas.
  • Cuellos de botella: Ocurren cuando uno de los componentes es insuficiente para soportar el rendimiento del otro. Por ejemplo, un procesador potente no puede funcionar al 100% si la RAM es limitada.
  • Multitarea: La capacidad de ejecutar múltiples tareas al mismo tiempo depende tanto de la RAM como del procesador. Un procesador con múltiples núcleos puede manejar más tareas en paralelo, mientras que más RAM permite que cada tarea tenga suficiente espacio para operar.
  • Caché de CPU: Los procesadores modernos tienen cachés de diferentes niveles (L1, L2, L3) que almacenan datos de forma temporal para acceder a ellos más rápido. Esto reduce la dependencia de la RAM en ciertas operaciones.
  • Velocidad de reloj: La frecuencia a la que opera el procesador (medida en GHz) afecta directamente su velocidad. Un procesador con mayor velocidad de reloj puede manejar más instrucciones por segundo.
  • Arquitectura y generación: La arquitectura del procesador y su generación también influyen en el rendimiento. Un procesador más nuevo puede ofrecer mejor rendimiento incluso con menos núcleos o menor frecuencia.

Recopilación de recomendaciones para elegir entre más RAM y mejor procesador

A continuación, te presentamos una recopilación de recomendaciones basadas en diferentes escenarios de uso:

  • Uso básico: 8 GB de RAM + procesador de gama media (como un Intel Core i3 o AMD Ryzen 3).
  • Uso intermedio: 16 GB de RAM + procesador de gama media-alta (como un Intel Core i5 o AMD Ryzen 5).
  • Uso profesional (oficina, diseño gráfico): 16-32 GB de RAM + procesador de gama alta (como un Intel Core i7 o AMD Ryzen 7).
  • Edición de video, renderizado 3D, juegos: 32 GB de RAM + procesador de gama alta con múltiples núcleos (como un Intel Core i9 o AMD Ryzen 9).
  • Servidores, programación, entornos de desarrollo: 32-64 GB de RAM + procesador con múltiples núcleos y alta velocidad de reloj.
  • Portátiles de alto rendimiento: 16-32 GB de RAM + procesador de gama alta (como los de la serie Intel Core i7/i9 o AMD Ryzen 7/9).

En general, es recomendable equilibrar ambos componentes según las necesidades específicas. Si ya tienes un buen procesador, aumentar la RAM puede ofrecer una mejora inmediata. Si tu procesador es antiguo o lento, invertir en una actualización puede ser más efectivo.

Factores que determinan el rendimiento total del sistema

El rendimiento total de un sistema no depende únicamente de la RAM o el procesador, sino que también se ve influenciado por otros componentes del hardware. Por ejemplo, el almacenamiento (disco duro o SSD), la tarjeta gráfica (GPU), la placa base y la fuente de alimentación juegan un papel importante en el rendimiento general del equipo.

Un SSD, por ejemplo, puede mejorar significativamente el tiempo de arranque y el acceso a los archivos, lo que complementa tanto a la RAM como al procesador. En cambio, una placa base inadecuada puede limitar el potencial de un procesador potente, especialmente si no soporta las últimas tecnologías o no tiene suficientes puertos para conectividad.

Además, la eficiencia energética y el sistema de refrigeración también son factores a considerar. Un procesador potente puede generar más calor, lo que requiere un buen sistema de enfriamiento para mantener su rendimiento óptimo. Si la refrigeración es inadecuada, el procesador puede reducir su velocidad de reloj (underclocking) para evitar sobrecalentamiento, lo que afecta negativamente el rendimiento.

¿Para qué sirve aumentar la RAM o mejorar el procesador?

Aumentar la RAM o mejorar el procesador puede ofrecer diferentes beneficios según el uso que le demos al equipo:

  • Aumentar la RAM:
  • Permite ejecutar más aplicaciones al mismo tiempo sin ralentizaciones.
  • Mejora la multitarea, especialmente en sistemas con múltiples ventanas abiertas.
  • Reduce el uso de la memoria virtual (páginas del sistema), lo que evita el uso del disco duro como memoria temporal.
  • Es útil para usuarios que trabajan con aplicaciones que consumen mucha memoria, como navegadores con muchas pestañas o software de edición.
  • Mejorar el procesador:
  • Aumenta la velocidad de ejecución de las tareas.
  • Mejora el rendimiento en aplicaciones que requieren cálculos complejos, como juegos, edición de video y renderizado 3D.
  • Permite manejar múltiples tareas en paralelo gracias a los núcleos múltiples.
  • Es ideal para usuarios que necesitan un sistema rápido para programación, desarrollo de software o renderizado.

En resumen, si tu equipo se ralentiza al abrir muchas aplicaciones, aumentar la RAM puede ser la solución. Si se siente lento al ejecutar tareas específicas, mejorar el procesador puede ofrecer una mejora más significativa.

Diferencias clave entre RAM y procesador

Para elegir entre aumentar la RAM o mejorar el procesador, es importante entender las diferencias clave entre ambos componentes:

  • Velocidad de respuesta: El procesador es el responsable de ejecutar las tareas, mientras que la RAM es la memoria temporal que almacena los datos que el procesador necesita. Un procesador rápido puede ofrecer una respuesta más inmediata, mientras que más RAM permite que el sistema maneje más datos sin ralentizarse.
  • Multitarea: La RAM afecta directamente la capacidad del sistema para manejar múltiples aplicaciones al mismo tiempo. Si tienes 8 GB de RAM y abres 10 pestañas en el navegador, es probable que el sistema se ralentice. Con 16 GB, esas mismas pestañas pueden abrirse sin problemas.
  • Rendimiento en aplicaciones específicas: El procesador tiene un impacto más directo en aplicaciones que requieren cálculos complejos, como juegos, edición de video, o software de diseño. En cambio, la RAM es más crítica en aplicaciones que manejan grandes cantidades de datos, como navegadores, hojas de cálculo o editores de texto.
  • Cuellos de botella: Si tienes un procesador potente pero poca RAM, es posible que el sistema se ralentice al manejar múltiples tareas. Si tienes mucha RAM pero un procesador lento, es posible que las aplicaciones se carguen rápidamente pero se ejecuten lentamente.
  • Upgradabilidad: En la mayoría de los casos, es más fácil y económico aumentar la RAM que reemplazar el procesador. Sin embargo, mejorar el procesador puede ofrecer un rendimiento más significativo a largo plazo.

Cómo afecta cada componente al rendimiento en diferentes sistemas

El impacto de la RAM y el procesador varía según el tipo de sistema en el que se utilicen:

  • Sistemas de escritorio: En computadoras de escritorio, es común poder reemplazar tanto la RAM como el procesador con relativa facilidad. Esto permite optimizar el rendimiento según las necesidades específicas del usuario. Por ejemplo, un diseñador gráfico puede mejorar su procesador para renderizar proyectos más rápido, mientras que un programador puede aumentar la RAM para manejar múltiples entornos de desarrollo al mismo tiempo.
  • Portátiles: En los portátiles, la posibilidad de mejorar la RAM y el procesador depende del modelo. Algunos portátiles permiten aumentar la RAM, pero el procesador suele estar soldado a la placa base, lo que limita la posibilidad de actualización. Por lo tanto, es importante elegir un portátil con suficiente RAM y un procesador potente desde el principio.
  • Servidores: En entornos de servidores, tanto la RAM como el procesador son componentes críticos. Los servidores suelen requerir grandes cantidades de RAM para manejar múltiples conexiones y aplicaciones al mismo tiempo, mientras que un procesador potente permite manejar más solicitudes simultáneamente.
  • Sistemas embebidos: En dispositivos como routers, impresoras o dispositivos IoT, la RAM y el procesador están diseñados para tareas específicas. En estos casos, el rendimiento no se mide en términos de velocidad de juego o edición de video, sino en capacidad de manejar múltiples conexiones o tareas simultáneas.
  • Consolas de videojuegos: En consolas, el procesador y la RAM están diseñados para trabajar en conjunto para ofrecer un rendimiento óptimo en juegos. Aunque no se pueden actualizar fácilmente, su equilibrio es clave para evitar cuellos de botella y ofrecer una experiencia de juego fluida.

El significado técnico de la RAM y el procesador

La RAM y el procesador son dos de los componentes más importantes en cualquier sistema informático, pero su funcionamiento es diferente:

  • RAM (Memoria de Acceso Aleatorio): Es una memoria volátil que almacena temporalmente los datos que el procesador necesita para ejecutar aplicaciones. Cuanta más RAM tenga el sistema, más aplicaciones puede manejar simultáneamente sin ralentizaciones. La RAM funciona como un almacén temporal para los datos que están en uso, lo que permite al procesador acceder a ellos de forma rápida.
  • Procesador (CPU): Es el componente que ejecuta las instrucciones y realiza los cálculos necesarios para que las aplicaciones funcionen. El procesador está compuesto por varios núcleos que pueden ejecutar tareas en paralelo. Su velocidad de reloj (medida en GHz) indica cuán rápido puede ejecutar instrucciones. Los procesadores modernos también tienen cachés de diferentes niveles (L1, L2, L3) que almacenan datos de forma temporal para acceder a ellos más rápido.

En términos técnicos, la RAM no puede funcionar sin un procesador, ya que es el procesador quien accede a la memoria para ejecutar las aplicaciones. Por otro lado, un procesador sin suficiente RAM no puede manejar grandes cantidades de datos de forma eficiente, lo que puede provocar ralentizaciones.

¿De dónde viene el concepto de elegir entre más RAM y mejor procesador?

El debate sobre qué es mejor, más RAM o mejor procesador, no es nuevo y ha evolucionado junto con la tecnología. En la década de 1980 y 1990, los procesadores eran relativamente lentos y la RAM era escasa y costosa. En ese momento, tener más RAM era un lujo que permitía a los usuarios ejecutar aplicaciones más complejas. Con el tiempo, los procesadores se volvieron más potentes, pero la RAM siguió siendo un recurso limitado.

A mediados de los 2000, con el auge de internet y la multipantalla, la RAM se convirtió en un factor clave para el rendimiento. Los usuarios comenzaron a trabajar con múltiples pestañas, documentos y aplicaciones al mismo tiempo, lo que exigía más memoria. Por otro lado, los procesadores también evolucionaron, permitiendo manejar más tareas en paralelo con múltiples núcleos.

Hoy en día, con el desarrollo de aplicaciones más complejas, como editores de video, software de diseño 3D y juegos en alta resolución, el equilibrio entre RAM y procesador es más importante que nunca. La elección entre ambos depende no solo de las necesidades actuales, sino también de las expectativas de uso a largo plazo.

Ventajas y desventajas de aumentar la RAM o mejorar el procesador

Tanto aumentar la RAM como mejorar el procesador tienen sus pros y contras, y la elección depende del contexto de uso:

Ventajas de aumentar la RAM:

  • Permite manejar más aplicaciones al mismo tiempo.
  • Mejora la multitarea y la fluidez del sistema.
  • Es generalmente más económico que cambiar el procesador.
  • No requiere cambiar la placa base ni otros componentes.
  • Es ideal para usuarios que trabajan con múltiples ventanas o documentos.

Desventajas de aumentar la RAM:

  • No mejora directamente la velocidad de ejecución de las tareas.
  • Si el procesador es lento, el sistema seguirá siendo lento a pesar de tener más RAM.
  • En algunos casos, el hardware puede limitar la cantidad de RAM que se puede instalar.
  • No es útil si el problema principal es el procesador.

Ventajas de mejorar el procesador:

  • Mejora la velocidad de ejecución de las tareas.
  • Permite manejar aplicaciones más exigentes, como juegos o software de edición.
  • Ofrece un mejor rendimiento a largo plazo.
  • Es ideal para usuarios que necesitan cálculos complejos y rápidos.

Desventajas de mejorar el procesador:

  • Requiere una placa base compatible con el nuevo procesador.
  • Puede requerir un sistema de refrigeración más potente.
  • Es más costoso que aumentar la RAM.
  • En algunos casos, no es posible cambiar el procesador en portátiles o sistemas embebidos.

¿Cuál es el impacto real de tener más RAM o un mejor procesador?

El impacto real de tener más RAM o un mejor procesador varía según el uso que le demos al equipo. En términos generales:

  • Más RAM: Si tu equipo se ralentiza al abrir muchas aplicaciones, aumentar la RAM puede ofrecer una mejora inmediata. Por ejemplo, si tienes 8 GB de RAM y el sistema comienza a usar memoria virtual (swap), agregar 8 GB más puede evitar este problema y hacer que el equipo se sienta más rápido.
  • Mejor procesador: Si tu equipo se siente lento al ejecutar tareas específicas, como juegos, edición de video o renderizado 3D, mejorar el procesador puede ofrecer una mejora significativa. Por ejemplo, un procesador con más núcleos puede manejar mejor las tareas en paralelo, lo que reduce el tiempo de ejecución.

En términos de impacto real, una mejora en la RAM puede ser más evidente en la multitarea, mientras que una mejora en el procesador puede ser más evidente en aplicaciones específicas que requieren cálculos complejos.

Cómo usar la RAM y el procesador de manera eficiente

Para aprovechar al máximo tanto la RAM como el procesador, es importante optimizar su uso:

  • Cierre aplicaciones innecesarias: Mantener muchas aplicaciones abiertas consume RAM y puede ralentizar el sistema. Cerrar aquellas que no estés usando puede liberar memoria y mejorar la fluidez.
  • Configura los programas para usar menos recursos: Algunas aplicaciones permiten ajustar su uso de memoria y CPU. Por ejemplo, puedes configurar el navegador para usar menos RAM o limitar el número de pestañas que se cargan al mismo tiempo.
  • Actualiza el sistema operativo y las aplicaciones: Las actualizaciones pueden incluir optimizaciones que mejoran el uso de la RAM y el procesador.
  • Evita el uso excesivo de efectos visuales: Efectos como las transiciones de ventanas, sombras y animaciones consumen recursos. Desactivarlos puede liberar memoria y mejorar el rendimiento.
  • Monitorea el uso de recursos: Usar herramientas como el Monitor de recursos en Windows o Activity Monitor en macOS te permite ver cómo se distribuyen los recursos y detectar posibles cuellos de botella.
  • Actualiza hardware según las necesidades: Si tu equipo se ralentiza al trabajar con aplicaciones específicas, considera aumentar la RAM o mejorar el procesador según lo que sea más crítico para tu uso.
  • Usa software optimizado para tu hardware: Algunas aplicaciones están diseñadas para aprovechar al máximo la RAM y el procesador. Por ejemplo, los editores de video pueden usar múltiples núcleos para acelerar el renderizado.
  • Evita el uso de software incompatible: Algunas aplicaciones no están optimizadas para hardware moderno y pueden consumir más recursos de los necesarios.

Consideraciones para usuarios de portátiles

Los usuarios de portátiles tienen algunas consideraciones adicionales al decidir entre aumentar la RAM o mejorar el procesador:

  • Limitaciones de hardware: En muchos portátiles, el procesador está soldado a la placa base, lo que limita la posibilidad de actualizarlo. Por lo tanto, es importante elegir un portátil con un procesador suficientemente potente desde el principio.
  • Capacidad de memoria: Algunos portátiles permiten aumentar la RAM, mientras que otros no. Es importante verificar las especificaciones del modelo para saber si es posible añadir más memoria.
  • Eficiencia energética: Los procesadores de portátiles están diseñados para ser eficientes en el consumo de energía. Un procesador más potente puede consumir más batería, lo que afecta la duración de la autonomía.
  • Refrigeración limitada: Los portátiles tienen menos espacio para un sistema de refrigeración efectivo. Un procesador más potente puede generar más calor, lo que puede provocar que el equipo se ralentice para evitar sobrecalentamiento.
  • Precio y rendimiento: Los portátiles de alto rendimiento suelen ser más caros. Es importante evaluar si el rendimiento adicional justifica el costo adicional.
  • Uso móvil vs. uso fijo: Si planeas usar el portátil principalmente en movimiento, es importante considerar factores como el peso, la batería y la eficiencia energética, además del rendimiento.

Recomendaciones finales para elegir entre más RAM o mejor procesador

En conclusión, la elección entre aumentar la RAM o mejorar el procesador depende de tus necesidades específicas y el uso que le des al equipo:

  • Si tu equipo se ralentiza al abrir muchas aplicaciones o pestañas, aumentar la RAM puede ofrecer una mejora inmediata y significativa en la fluidez del sistema.
  • Si tu equipo se siente lento al ejecutar tareas específicas, como juegos, edición de video o renderizado 3D, mejorar el procesador puede ser la mejor opción.
  • En sistemas de escritorio, es más flexible cambiar ambos componentes según las necesidades, lo que permite optimizar el rendimiento a largo plazo.
  • En portátiles, es importante verificar si

KEYWORD: que es la biodiversidad y para que sirve

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