Que es hablar en tercera persona del singular

Que es hablar en tercera persona del singular

En el ámbito de la gramática y la comunicación, uno de los aspectos más estudiados es el uso correcto de las personas gramaticales. Cuando se habla de hablar en tercera persona del singular, se refiere a una forma de expresión donde el sujeto no es el hablante ni la persona a quien se dirige, sino una tercera persona, generalmente identificada con un pronombre como él, ella o usted. Este tema es fundamental en el aprendizaje del idioma, especialmente para quienes estudian español como lengua extranjera. En este artículo, exploraremos con detalle qué significa esta forma de hablar, cuándo se utiliza y cómo se diferencia de otras personas gramaticales.

¿Qué significa hablar en tercera persona del singular?

Hablar en tercera persona del singular implica utilizar como sujeto gramatical a una persona que no es ni el hablante (primera persona) ni la persona a quien se habla (segunda persona), sino una tercera persona, que puede ser un hombre, una mujer, o incluso una institución o animal, representados con los pronombres él, ella o usted. Este uso es común en narraciones, descripciones, y en situaciones donde se quiere mantener una distancia o objetividad en la comunicación.

Por ejemplo, en la oración Él estudia español todos los días, el sujeto es él, un hombre que no es el hablante ni el oyente. Esta construcción es especialmente útil en escritos formales o en contextos donde se busca evitar el uso directo de la primera persona, lo cual puede dar un tono más profesional o académico al discurso.

Un dato curioso es que en el español antiguo, el uso de la tercera persona del singular era más frecuente en textos literarios y religiosos, donde se buscaba una cierta solemnidad y universalidad en el mensaje. Hoy en día, sigue siendo una herramienta fundamental para quienes escriben, hablan o enseñan el idioma.

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La importancia de la tercera persona en la comunicación

El uso de la tercera persona del singular no solo tiene un valor gramatical, sino también comunicativo. Al emplear esta persona, se permite hablar de una persona, situación o evento sin involucrar directamente al hablante o al oyente. Esto resulta útil en narrativas, análisis objetivos y en la redacción de textos informativos o académicos.

En el ámbito académico, por ejemplo, es común utilizar la tercera persona para mantener un tono impersonal y evitar que la opinión personal del autor interfiera con el contenido científico o técnico. Del mismo modo, en el ámbito periodístico, se prefiere esta persona para mantener la objetividad de la noticia. El uso de la tercera persona también es fundamental en la narración de historias, donde el narrador puede ser una voz externa que describe hechos y acciones sin ser parte directa de ellos.

Además, en contextos sociales, el uso de la tercera persona puede ser una forma de evitar conflictos o mantener una distancia emocional. Por ejemplo, cuando alguien habla de otra persona sin usar el nombre directamente, puede hacerlo en tercera persona para no causar incomodidad.

Usos formales e informales de la tercera persona

En contextos formales, el uso de la tercera persona del singular es una herramienta clave para mantener la objetividad y el rigor en la escritura académica, científica o profesional. Sin embargo, en contextos informales, como conversaciones cotidianas o redes sociales, el uso de esta persona puede variar según el tono deseado. Por ejemplo, en un mensaje de texto, alguien puede usar la tercera persona para referirse a sí mismo de forma indirecta, como en Se le perdió el celular, lo que puede sonar más casual o incluso humorístico.

Otro uso interesante es en la narración de historias, donde el narrador puede hablar en tercera persona para describir acciones y pensamientos de los personajes sin convertirse en uno de ellos. Este enfoque permite al lector observar la historia desde una perspectiva externa, lo cual puede enriquecer la comprensión y la empatía hacia los personajes.

Ejemplos de hablar en tercera persona del singular

Para entender mejor cómo se aplica esta regla, es útil ver algunos ejemplos concretos. Aquí te presentamos algunos casos comunes:

  • Narración objetiva: Ella trabaja como ingeniera desde hace cinco años.
  • Texto académico: El experimento se repitió tres veces para asegurar la validez de los resultados.
  • Periodismo: El presidente anunció nuevas medidas para combatir la contaminación.
  • Conversación informal: Se le olvidó traer el documento.

En estos ejemplos, el sujeto no es el hablante ni el oyente, sino una tercera persona. Además, los verbos conjugados en tercera persona del singular suelen terminar en -a (habla), -e (come), -o (ama), entre otros, dependiendo del verbo y el tiempo verbal utilizado.

También es importante notar que en algunos casos, especialmente en el habla informal, se puede omitir el pronombre sujeto, como en Estudia mucho, donde se entiende que el sujeto es una persona no especificada. Este uso es común en textos cortos o cuando el contexto ya da a entender de quién se habla.

El concepto de la tercera persona en la gramática española

La tercera persona del singular es una de las tres personas gramaticales básicas en el español, junto con la primera y la segunda. Cada una tiene una función diferente en la oración y se utiliza dependiendo de quién sea el sujeto. Mientras que la primera persona se usa cuando el hablante es el sujeto (*yo estudio*), y la segunda cuando se habla al oyente (*tú estudias*), la tercera se utiliza para referirse a un sujeto ajeno a ambos (*él estudia*).

Este concepto no es exclusivo del español, sino que se presenta en la mayoría de los idiomas europeos, como el francés, el italiano o el portugués. Sin embargo, el español tiene algunas particularidades en la conjugación de verbos en tercera persona del singular, como el uso de los acentos en algunos tiempos verbales, como el presente de subjuntivo (*hable*, *coma*, *vaya*), o el uso de la -s en el presente de indicativo en algunos verbos (*toma*, *canta*, *ama*).

En el aprendizaje del idioma, entender estas diferencias es esencial para evitar errores comunes, especialmente en la conjugación verbal y en la colocación de los pronombres. Además, el uso correcto de la tercera persona del singular puede marcar la diferencia entre una comunicación clara y una confusa o incorrecta.

Recopilación de usos comunes de la tercera persona del singular

A continuación, te presentamos una lista con algunos de los contextos más comunes donde se utiliza la tercera persona del singular:

  • Narraciones literarias: Ella caminaba por el bosque sin saber que estaba cerca del peligro.
  • Artículos académicos: El estudio se realizó con 500 participantes.
  • Noticias o reportajes: El ministro anunció nuevas leyes educativas.
  • Descripciones objetivas: Él no mostró ninguna emoción al recibir la noticia.
  • Guías o manuales: Se debe seguir el procedimiento paso a paso.
  • Conversaciones informales: Se le cayó el teléfono en el agua.

Estos ejemplos muestran cómo la tercera persona del singular puede adaptarse a diversos contextos, desde lo más formal hasta lo más cotidiano. Además, en cada uno de estos casos, el uso de esta persona permite mantener una distancia entre el hablante y el sujeto de la oración, lo cual puede ser útil para mantener el tono o el propósito del mensaje.

Características del uso de la tercera persona en el español

El uso de la tercera persona del singular en el español tiene varias características que la diferencian de otras personas gramaticales. Una de las más notables es que, al no involucrar directamente al hablante ni al oyente, permite una comunicación más objetiva. Esto es especialmente útil en contextos como la ciencia, la política o la literatura, donde se busca mantener un tono neutral o imparcial.

Otra característica es que en esta persona, los verbos se conjugan de manera específica, y su forma depende del verbo base, el tiempo y el modo verbal. Por ejemplo, en el presente de indicativo, los verbos terminan generalmente en -a, -e o -o, como en *habla*, *come* o *ama*. Además, en el habla informal, es común omitir el pronombre sujeto cuando el contexto lo permite, lo cual puede dar un tono más directo o impersonal al discurso.

En contraste con la primera y segunda persona, la tercera persona del singular no permite el uso de los pronombres reflexivos como *me*, *te*, o *se* a menos que el sujeto esté realizando una acción sobre sí mismo. Esto es un punto que muchos aprendices de español suelen confundir, especialmente cuando traducen del inglés, donde el uso del reflejo es más frecuente.

¿Para qué sirve hablar en tercera persona del singular?

Hablar en tercera persona del singular tiene múltiples funciones y usos prácticos. Una de las más comunes es mantener un tono impersonal en textos académicos o científicos, donde se busca evitar el uso de la primera persona para no darle un carácter subjetivo al contenido. Por ejemplo, en un informe de investigación, es más adecuado decir El experimento se realizó en tres fases que Nosotros realizamos el experimento en tres fases.

Otra función importante es la narrativa. En novelas, cuentos o guiones, el uso de la tercera persona permite al lector observar los hechos desde una perspectiva externa, lo cual puede facilitar la comprensión de la historia y aumentar la empatía hacia los personajes. Además, esta persona se utiliza para describir acciones o pensamientos de los personajes sin que el narrador se convierta en uno de ellos.

También es útil en contextos sociales para mantener una distancia emocional o profesional. Por ejemplo, en una carta de recomendación, es más adecuado hablar del candidato en tercera persona para darle un tono formal y objetivo. En resumen, el uso de la tercera persona del singular no solo es gramaticalmente correcto, sino que también puede enriquecer el mensaje según el contexto en el que se utilice.

Formas alternativas de referirse a la tercera persona

Aunque el término más común para referirse a esta persona es tercera persona del singular, también se puede usar la expresión hablar de alguien sin nombrar a esa persona directamente. Esto es especialmente útil en contextos donde se quiere mantener la privacidad o evitar mencionar un nombre específico.

Otra forma de referirse a esta persona es a través del uso de los pronombres él, ella o usted, que son los que representan al sujeto en esta persona. Estos pronombres pueden ser sustituidos por el nombre de una persona o incluso por un título o cargo, como en El presidente anunció nuevas medidas, donde el sujeto es el cargo, no la persona específica.

En el ámbito de la gramática, también se puede mencionar esta persona como sujeto externo, es decir, un sujeto que no es ni el hablante ni el oyente. Esta nomenclatura es útil en análisis gramaticales o en la enseñanza del idioma, especialmente cuando se comparan las estructuras de oraciones en diferentes personas gramaticales.

El rol de la tercera persona en el habla cotidiana

En el habla cotidiana, el uso de la tercera persona del singular es una herramienta que permite hablar de otros sin involucrar directamente al hablante. Esto puede ser útil en situaciones donde se quiere mantener cierta distancia o cuando se habla de personas que no están presentes. Por ejemplo, alguien puede decir Se le perdió el bolso en lugar de Yo perdí mi bolso, lo que puede sonar más casual o incluso como una forma de evitar responsabilidades.

También se utiliza para referirse a eventos o situaciones de manera impersonal, como en Se le cayó el vaso, donde no se menciona quién es el sujeto, pero se entiende que es alguien que no es el hablante ni el oyente. Este uso es común en conversaciones informales y en redes sociales, donde a veces se prefiere no usar nombres o pronombres para mantener un tono más general.

Además, en contextos sociales, el uso de la tercera persona puede ser una forma de evitar conflictos. Por ejemplo, en lugar de decir *Tú me dijiste eso, se puede decir Él me dijo eso, lo que puede reducir la tensión en una conversación.

El significado de hablar en tercera persona del singular

Hablar en tercera persona del singular significa emplear una estructura gramatical en la que el sujeto de la oración no es ni el hablante ni el oyente, sino una tercera persona. Esto se logra mediante el uso de los pronombres él, ella o usted, o bien mediante la omisión de los pronombres cuando el contexto lo permite. Esta persona se utiliza para referirse a una persona ajena a ambos interlocutores, lo cual permite mantener una cierta distancia o objetividad en la comunicación.

Desde un punto de vista gramatical, esta persona se caracteriza por la conjugación de los verbos en forma específica para el sujeto singular. Por ejemplo, en el presente de indicativo, los verbos terminan en -a, -e o -o, según el verbo y la terminación. En el presente de subjuntivo, por su parte, los verbos suelen terminar en -a, -a, -a o -a, dependiendo del verbo y el contexto.

Desde un punto de vista comunicativo, el uso de la tercera persona del singular es fundamental para mantener la objetividad en textos formales, para narrar historias desde una perspectiva externa, y para hablar de otros sin involucrar directamente al hablante. Su uso correcto no solo mejora la claridad del mensaje, sino que también enriquece la expresión y permite adaptarse a diversos contextos y estilos de comunicación.

¿De dónde proviene el uso de la tercera persona del singular en el español?

El uso de la tercera persona del singular en el español tiene raíces latinas, como la mayoría de las estructuras gramaticales de esta lengua. En el latín clásico, existían tres personas gramaticales: primera, segunda y tercera, con cada una subdividida en singular y plural. Esta estructura fue heredada por el español, que evolucionó a partir de las lenguas romances.

En el latín, la tercera persona del singular se usaba para referirse a una persona ajena al hablante y al oyente, de la misma manera que ocurre en el español moderno. Con el tiempo, y a través de la evolución fonética y morfológica, se desarrollaron las formas conjugadas que hoy conocemos, como *habla*, *come*, *ama*, entre otras.

Un factor interesante es que en el español medieval, el uso de la tercera persona era muy común en textos religiosos y literarios, donde se buscaba un tono solemne y universal. Esta tradición se mantuvo en gran parte de la literatura y la enseñanza del idioma, convirtiéndose en una herramienta fundamental para quienes escriben y hablan en español.

Formas alternativas de expresar lo mismo

Aunque el uso de la tercera persona del singular es fundamental en el español, existen algunas formas alternativas de expresar lo mismo, dependiendo del contexto y del estilo de comunicación. Por ejemplo, en lugar de decir *Él habla español, se puede decir Se habla español en casa, lo cual es una construcción impersonal que también utiliza la tercera persona, pero de manera indirecta.

Otra alternativa es el uso de la voz pasiva, como en *El libro fue escrito por el autor, donde el sujeto de la oración no es el autor, sino el libro. Esta construcción permite mantener la información relevante sin revelar quién es el sujeto activo de la acción.

También es posible usar frases impersonales, como *Se recomienda seguir las instrucciones, donde el sujeto es el verbo se, que actúa como un sujeto genérico o indefinido. Estas construcciones son muy útiles en textos formales, manuales, o avisos, donde se busca dar instrucciones o información sin involucrar a una persona específica.

¿Cómo se diferencia hablar en tercera persona del singular de otras personas?

Una de las preguntas más comunes es cómo diferenciar el uso de la tercera persona del singular de la primera y la segunda persona. Para ello, es útil recordar que:

  • Primera persona: El sujeto es el hablante (*yo*, *nosotros*).
  • Segunda persona: El sujeto es el oyente (*tú*, *vosotros*).
  • Tercera persona: El sujeto es una tercera persona (*él*, *ella*, *usted*, *ellos*, *ellas*, *ustedes*).

En el caso del singular, la tercera persona se refiere a una sola persona, mientras que en plural puede referirse a un grupo. Por ejemplo, Él habla español es tercera persona singular, mientras que Ellos hablan español es tercera persona plural.

Otra diferencia importante es que en la tercera persona, los verbos se conjugan de manera específica, y en algunos casos se pueden omitir los pronombres cuando el contexto lo permite. Esto no ocurre en las otras personas, donde los pronombres son esenciales para identificar quién es el sujeto de la oración.

Cómo usar la tercera persona del singular y ejemplos

Para usar correctamente la tercera persona del singular, es necesario identificar quién es el sujeto de la oración y elegir el pronombre o nombre adecuado. A continuación, te presentamos algunos ejemplos con verbos conjugados en tercera persona del singular en diferentes tiempos verbales:

  • Presente: *Él estudia español.*
  • Pretérito perfecto: *Él ha estudiado español.*
  • Pretérito imperfecto: *Él estudiaba español.*
  • Futuro: *Él estudiará español.*
  • Condicional: *Él estudiaría español.*
  • Presente de subjuntivo: *Esperamos que él estudie español.*
  • Pretérito imperfecto de subjuntivo: *Si él estudiara español, lo haría mejor.*

También es importante recordar que en el habla informal, se puede omitir el pronombre sujeto cuando el contexto lo permite. Por ejemplo, en lugar de decir *Él habla español, se puede decir Habla español, entendiendo que el sujeto es una persona no especificada.

Usos avanzados de la tercera persona del singular

Además de los usos básicos, la tercera persona del singular tiene aplicaciones más avanzadas, especialmente en la literatura y en el análisis gramatical. Por ejemplo, en la narrativa, se puede utilizar la tercera persona limitada, donde el narrador conoce solo los pensamientos y acciones de un personaje, o la tercera persona omnisciente, donde el narrador conoce todos los pensamientos y acciones de todos los personajes.

En el ámbito académico, el uso de la tercera persona del singular es esencial para mantener la objetividad en los textos. Esto se logra mediante el uso de construcciones impersonales o mediante la omisión de los pronombres sujeto cuando el contexto lo permite. Por ejemplo, en lugar de decir *Nosotros creemos que la teoría es correcta, se puede decir Se cree que la teoría es correcta.*

También en el ámbito periodístico, el uso de la tercera persona del singular ayuda a mantener la neutralidad en las noticias. Por ejemplo, en lugar de decir *Yo creo que el gobierno tomó una mala decisión, se puede decir Se cree que el gobierno tomó una mala decisión.*

Consideraciones finales sobre el uso de la tercera persona

El uso de la tercera persona del singular no solo es una herramienta gramatical, sino también una estrategia de comunicación que permite adaptarse a diversos contextos. Desde lo más formal hasta lo más informal, esta persona puede ser utilizada para mantener la objetividad, para narrar historias, para dar instrucciones, o incluso para evitar conflictos sociales.

Es importante recordar que, aunque el uso de esta persona es fundamental en el español, también existen construcciones alternativas que pueden ser útiles según el propósito del mensaje. Además, el uso correcto de la tercera persona del singular requiere no solo de un buen conocimiento de la gramática, sino también de una comprensión del contexto y del público al que se dirige el mensaje.